jueves, 18 de junio de 2009

Desarrollo motriz del bebé

Con esta precaución, puede esperar razonablemente que su bebé llegue a sentarse por sí solo en algún momento dentro de las veintiocho semanas; pocas semanas después, empezará a arrastrarse y a gatear. Algunos gatean antes de reptar y otros hacen al revés. Alrededor de una semana o así después, el bebé empieza a ponerse de pie con ayuda.
Cada uno de estos acontecimientos no se produce de improviso. Varias semanas de práctica y tanteo preceden a cada hecho; por esa razón, vuestro niño necesita espacio y tiempo para realizar movimientos sin restricciones. Los primeros intentos son torpes, pero el cuerpo, con la práctica, se vuelve gradualmente coordinado haciendo que los movimientos sean más rápidos y precisos.
Este desarrollo de músculos largos (tronco, brazos y piernas) aumenta de forma considerable el campo de acción del niño. El desarrollo de músculos cortos (manos y dedos) también tiene lugar durante estos tres meses. El niño puede mover el pulgar hacia el centro de la palma a mediados de este período (antes de los nueve meses) y puede llegar a tocarse la punta de un dedo con la yema del pulgar. Pensad en lo que esto significa: a los nueve meses, el niño puede avanzar hacia un objeto por medio de su propio poder motriz, cogerlo con precisión, mantenerlo en la mano y examinarlo. El pulgar opuesto es una de las grandes y especiales características de los seres humanos; nos permite la utilización de herramientas. Pero también capacita a los niños a meter los dedos en los enchufes eléctricos, abrir aparadores y meterse en situaciones peligrosas. Como todo lo que respecta al crecimiento y a los seres humanos, es una mezcla de bendición y maldición, pues todo depende de lo que haga el niño con su recién adquirida capacidad y de cómo le responde a lo que haga.

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